La revolución permanente

El presente, es un texto complementario al Curso de Marxismo 2, que estamos llevando adelante con militantes y colaboradores de La Marx México

"Las peticiones democráticas no pueden satisfacer nunca al partido del proletariado. Mientras la democrática pequeña burguesía desearía que la revolución terminase tan pronto ha visto sus aspiraciones más o menos satisfechas, nuestro interés y nuestro deber es hacer la revolución permanente, mantenerla en marcha hasta que todas las clases poseedoras y dominantes sean desprovistas de su poder, hasta que la maquinaria gubernamental sea ocupada por el proletariado y la organización de la clase trabajadora de todos los países esté tan adelantada que toda rivalidad y competencia entre ella misma haya cesado y hasta que las más importantes fuerzas de producción estén en las manos del proletariado.

Para nosotros no es cuestión reformar la propiedad privada, sino abolirla; paliar los antagonismos de clase, sino abolir las clases; mejorar la sociedad existente, sino establecer una nueva."

Carlos Marx. Circular del Comité Central a la Liga Comunista [1]

La revolución permanente, en el sentido que Marx daba a esta idea, quiere decir una revolución que no se aviene a ninguna de las formas de predominio de clase, que no se detiene en la etapa democrática y pasa a las reivindicaciones de carácter socialista, abriendo la guerra franca contra la reacción, una revolución en la que cada etapa se basa en la anterior y que no puede terminar más que con la liquidación completa de la sociedad de clases.

Trotsky. 1905: Resultados y perspectivas

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Por Jesús Valdez, La Marx México

A principios del siglo XX, durante los años de exilio y tras una serie de polémicas con la fracción bolchevique y la fracción menchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR) y siguiendo las lecciones que extrajo Marx de las revoluciones burguesas en Europa de 1848 a 1950, el joven Trotsky formuló lo que hoy conocemos como la teoría de la revolución permanente, una "innovación teórica" cuyos primeros trazos se fueron esbozando de 1903 a 1905, donde al calor de la primera revolución soviética y con 26 años de edad, el joven León extrae las primeras conclusiones del proceso.

La Teoría de la Revolución Permanente (TRP) es sistematizada en 1926, como documento de agitación y orientación de la Oposición de Izquierda, extrayendo las mejores lecciones de la revolución de octubre de 1917 y la guerra civil de 1918-1921, en la que la joven Unión Soviética tuvo que enfrentar a una docena de ejércitos imperialistas que buscaban aniquilarla.

La TRP tiene dos ejes fundamentales: el combate sin cuartel al etapismo y la necesidad objetiva de dar un rango internacional a la revolución socialista para asegurar la derrota de la burguesía, el imperialismo, así como única garantía tanto del triunfo del socialismo, como de la sobrevivencia del joven estado obrero.

Uno de los ejes centrales de la TRP, consiste en que esta que no se conforma con la caída de los viejos regímenes para que la revolución democrático - burguesa sea conducida por propia burguesía, sino aboga por que el poder sea asumido por el proletariado y sea este el que lleve adelante las tareas de la revolución demo-burguesa: el reparto agrario y el desarrollo de las fuerzas productivas.

De esta manera, el transito de la sociedad clasista a la no clasista, se realiza a través de la realización de las tareas democráticas bajo la dirección del proletariado que fija su impronta en el proceso. Dicho de otro modo, arrebata las tareas de la revolución democrático burguesa a las direcciones burguesas y pequeñoburguesas para evitar que estas hagan naufragar el proceso

En una época temprana (1905-1909), Trotsky se diferenció tanto de ala bolchevique (mayoritarios en lengua rusa) como del ala menchevique (minoritarios). El joven León no concebía la lógica de la revolución por etapas, según la cual, primero habría que derrocar al zarismo y establecer un régimen de transición en coalición con un sector de la burguesía, para que esta desarrollara las fuerzas productivas y luchar por su derrocamiento, una vez que se hubieran completado las tareas de la revolución demo-burguesa.

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Este asunto era absurdo para Trotsky, quien manifestó su desacuerdo con ambas alas del POSDR:

"La victoria de la revolución no podrá dar el poder más que al partido que se apoye en el pueblo armado de las ciudades, es decir, en una milicia proletaria. Cuando se encuentre en el poder, la socialdemocracia tendrá que contar con una gran dificultad que sería imposible superar si sólo se cuenta con esta ingenua fórmula: "Una dictadura exclusivamente democrática." Una "limitación voluntaria" del gobierno obrero no tendría otro efecto que el de traicionar los intereses de los sin trabajo, los huelguistas y todo el proletariado en general, para realizar la república.

El poder revolucionario tendrá que resolver problemas socialistas absolutamente objetivos y, en esta tarea, chocará en un determinado momento con una gran dificultad: el atraso de las condiciones económicas del país.

En los límites de una revolución nacional, esta situación no tendría salida. La tarea del gobierno obrero será, por lo tanto, desde el principio, unir sus fuerzas con las del proletariado socialista de Europa occidental. Sólo de esta manera su dominación revolucionaria temporal se transformará en el prólogo de la dictadura socialista. La revolución permanente será imprescindible para el proletariado de Rusia, en interés y para la salvaguardia de esta clase. Si al partido obrero le faltase iniciativa para llevar a cabo una ofensiva revolucionaria, si creyese que debía limitarse a una dictadura simplemente nacional y democrática, las fuerzas unidas de la reacción europea no tardarían en hacerle comprender que la clase obrera, si detenta el poder, debe poner todo el peso en la balanza, en el platillo de la revolución socialista.

León Trotsky, nuestras diferencias, 1909. [1]

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Estas tesis fueron adheridas por Lenin en su conocido trabajo "Las tareas del proletariado en la presente revolución" (Tesis de abril) tras el estallido de la revolución en febrero de 1917.

En ese momento, las bases y la dirección tanto del partido bolchevique, como del menchevique buscaban la unificación (misma que había fracasado 5 años antes), además de expresar un "apoyo crítico" al gobierno provisional burgués que encabezaba Alexander Kerensky.

Ante los ojos de sus compañeros, el viejo del río Lena parecía haber enloquecido, pues a la caída del zar Nicolás II y la tan odiada autocracia de los Rómanov, la inmensa mayoría del pueblo ruso apoyaba al gobierno que nació de la revolución, es decir, el gobierno provisional (burgués) que encabezaba el social revolucionario Alexander Kerensky.

Entre los animadores de la unificación del partido bolche y el partido menchevique, estaba nada menos que José Stalin, quién unido a la mayoría del partido, estaba a favor de dar un "apoyo crítico" al gobierno de coalición burgués.

A su llegada, Lenin tuvo que enfrentar a la mayoría de sus compañeros, y explicar pacientemente que el gobierno de Kerensky, no era el gobierno de los trabajadores, sino el gobierno de la oligarquía y las clases capitalistas rusas.

Las tesis de abril y la teoría de la revolución permanente, fueron el hilo teórico conductor que hicieron posible la unificación de grupo de Trotsky (Merizhni) con el de Lenin, quien tardó 8 meses más para convencer a sus compañeros de partido sobre la necesidad de derrocar al gobierno provisional bugués y construir el primer Estado Obrero de la historia para llevar adelante la primera revolución socialista de la historia moderna.

Junio de 20022

Notas

[1] Nuestras diferencias, 1909. León Trotsky

https://ceip.org.ar/Nuestras-diferencias

[2] Curso de Marxismo 2, disponible en:

https://www.revolucion.org.es/curso-basico-de-marxismo-2/